Aspira. Esta noche mi casa huele a lluvia. Ya era hora. De la que me ducha y se lleva la resaca de alquitrán que a veces en un descuido me pringa la piel.
Noto q de repente se acerca el invierno, aunque no lo invité. Y no quiero que me asalte la melancolía, no quiero. Mejor me sacudo. Donde andarán mis tacones y mis boinas chic…
He pensado que debería hacer sitio en mis cajones para ropa nueva, para fríos de los que tersan, no de los que encogen. Demasiado negro veo por aquí. Debería, debería… hala, ya tengo tareas para este fin de semana de todos los santos. Eso y esperar viento fresco del norte. Y tallar calabazas sin alma con caras grotescas. Que miedo. Que no olvide ponerles vela dentro. Para que encuentren su camino entre el cielo y el infierno.
Pobres Rupertas errantes sin alma. Pobrecitas cabezas de calabaza… Pobres diablos…