Me pregunta un alma paralela (que no gemela) que si todo pasa.
Pues mi abuela decía que sí,- «Tranquila, cariño, ésto también pasará». Pero yo, qué quieres que te diga, más bien opino que según. Todo depende de lo que sea el «ésto».
Si su peso es ligero, pasa, claro que sí y no tarda en hacerlo, como las cosas que no te importan, que no te rozan, ni te hieren. El tiempo es un gran aliado en estos menesteres del olvido.
Pero ay! si te pesa. Como sea así, querida mía, agárrate los machos y ármate de coraje y paciencia, llena tu tiempo vacío de miles de cosas que lo llene, que mantengan tu cabeza ocupada y aún así, tu masa gris, que por una vez irá de la mano de tu corazón tirano, encontrará la manera y el momento de pasar su duelo, sus fases, su dolor y su rabia. Así dicen los que saben de estas cosas que debe ser. Y sólo tú puedes atravesar ese túnel, que es largo y oscuro. Y tú sabes de túneles. Tú has sobrevivido a la desolación. Como una campeona.
Que voy a estar ahí justito a tu lado aunque ni me veas, no hace falta que te lo diga, lo sabes bien. Sólo tienes que silbar. «You know how to whistle, don’t you?».
La felicidad son ratitos, luminosos y plenos que nos hacen distinguir los claroscuros de la vida. Aventuras fluorescentes que se quedan en la memoria indeleble de nuestro tirano y consiguen arroparlo cuando nada más que un abrazo lo hace. Y te arrancan una sonrisa. O una risa aunque las lágrimas la acompañen. Tú y yo hemos tenido muchos y gloriosos. Y lo más importante, reales. De los que pesan como un demonio, como un Amor primero, como uno verdadero. Y aunque tú no consigas verlo hoy (el invierno es que es mu jodío, te lo digo yo), nos quedan miles de esos ratitos por construir, miles de locuras, de paisajes de ida y vuelta, de canciones en el coche, de puestas de sol en la playa. Prometido.
Ya sabes, «Sale el sol por la mañana…» Siempre, garantizado. Forever & Beyond. Te quiero. Una jartá mala.