Muy a mi pesar o no, de esas tengo un cajoncito lleno. Cada vez más pequeño, ahora que lo pienso. Será que voy aprendiendo? Que ya iba siendo hora. Me la juego a que más de uno de vosotros también, a que sí? Y anda que no ocupan sitio las muy cabronas. A renglón pasado, a historia terminada, seguro que como ecos de un pasado, se te ocurren de pronto una retahíla de lindezas que no debiste callar, que no debiste dejar pasar. Pero en fin, en realidad qué importa ya?
Quizá no las dijiste porque no debías decirlas, o quizá sí, pero decidiste que no entonces y ahora de nada sirve lamentarse. Hubo una razón, aunque tú la desconozcas. No regrets. Non regrette rien.
Ésto es como aquel último pastel de la bandeja al que mirabas con ojitos de querer y tú pensando en que jo, que era el último y claro, que hay más gente en la mesa y bueno, que te sabe mal y zas! llega tu hermana y lo agarra y se lo zampa sin contemplaciones. Fastidia eh? Pues te aguantas. Como dice una amiga mía: ‘El me sabe mal no hace girar al mundo’.
Pues eso mismo. Las cosas que no dijiste pertenecen al pasado. Y ahí se quedan. Que ni te estorben, que ya nada mueven. Los libros cerrados mantienen quietas a las páginas que abiertos, tenían vida. El silencio es a veces sumamente elocuente…
Y a qué venía ésto? Pues ni idea. Son de esas cosas que se me ocurren al volante. O en la ducha. A saber… Que te lo tenía que decir. Para que no se me quede en el cajón.
Esta es la letra de una canción pero viene a cuento….
Hay cosas que nunca te dije
por ejemplo que tu amor me hace bien
tú haces que quiera ser mejor persona
y si preguntan por mi gran amor
siempre digo tu nombre
y tienes que saber
que ya te amo como nunca jamás imagine
Te digo lo que siento
desde lo más profundo de mi ser
lo mío no son las palabras eso ya lo sabes pero lo intente