Perdóname. Después de tantísimo tiempo, hoy al volante, de regreso a casa, Eric me ha recordado que ayer no me acordé de tí. Y del día en que nos crujió el corazón. Como una nuez. Mierda. Has visto qué perdida anda mi cabeza?
Me he dado cuenta y me he sentido tan mal que se me han llenado los ojos de lágrimas como nunca me había ocurrido. E incluso ahora. Perdóname ángel mío. Perdóname hermano. En mi corazón sigues sacudiendo tus rizos y cruzando las manos tras la espalda. «Éjameeee».
Si desde tu nube nos observas, sabes lo presente que sigues estando. Sabes bien lo mucho que te sentimos.
Donde quiera que estés, vives aquí dentro. Justo aquí. Donde el Amor habita. Donde no se olvida.
omg 🙁