Hace hoy 50 años decidieron mis padres formar su propia familia. Y yo no puedo estar más feliz que que así lo decidieran. Feliz de que ni a él le gustase ninguna otra peliteñida ni a ella ningún otro meapilas.
Es la suya la historia del chico de Castilla que cambió el amarillo de la era por el azul Mediterráneo, el rumor del Pisuerga por el ruido del asfalto y el aroma de la tahona por el salitre, siempre en busca de un futuro mejor. Y la de la señorita de familia bien que dio la patada a todo lo que se esperaba de ella y rompió con los estereotipos para dar más, mucho más . A la que no dejaron estudiar Medicina «porque no era de chicas» y se reinventó para demostrar al mundo que esa chica podía estudiar todo lo que le viniera en gana.
Es la historia de dos que comprenden que la Vida se escribe con mayúsculas. Que saben que lo importante son los hilos que nos unen, nunca las cadenas. y que esos hilos se tejen con afecto, sentimientos, abrazos y generosidad inmensa.
Se conocieron en un cumpleaños de ella al que la serendipia de la vida quiso invitarlo a él de extrangis sin que la anfitriona lo hiciera. Y de ahí en adelante, hicieron y hacen historia.
Nunca dos personas fueron tan diferentes y sin embargo tan complementarias. Dando uno tanto sentido al otro. Han vivido cosa extraordinarias, de las que te elevan de felicidad y sin embargo otras, demasiadas, que les han abierto el alma en canal, desgarrándosela y pisoteando los restos. Y son éstas últimas las que los ha cincelado tal como son. Fuertes, resistentes, bellos y enormes. Unos supervivientes. Llenos de cicatrices que recuerdan las batallas libradas. Y que los adornan más bellos y sabios todavía.
Comprenden el significado de Familia más allá de la sangre y lo predican sentados en la mesa de la cocina a golpe de Amor, vino y chorizo de León. Como ellos mismos, ahumados y picantes. Nunca sosos. De un bocadillo hacen un manjar y festín al que siempre te invitan. Y cuantos más seamos, mejor. Tú también cabes.
Me han enseñado que lo más precioso de la vida es siempre intangible. Educación, humanidad, cariño. Que la herencia más valiosa no es la económica. Que de todo se sale. De todo. Que por muy duro que sea lo vivido, no es lo que te pasa sino cómo lo vives. No son las circunstancias. Es tu actitud. Y que valiente has de ser, quieras o no quieras.
Esta familia de locos es obra suya, son el pegamento que nos vuelve piña. Son el bastión, la resistencia, la razón.
Papá, mamá. Enhorabuena. Con todos los errores, con todas las vivencias, lo que os han arrebatado y lo que os han hecho pasar. Yo de padres repito. Que no me quiten mi familia, que no quiero ninguna otra.
El chico de provincias se casó con la madre naturaleza. Y hoy hace 50 años de aquel día magnífico. Qué suerte.
Vivan los novios!!!