Sabes eso de que la gente no cambia? Mentira podrida.
Me asombra últimamente,- bendito asombro que aún consigue asaltarme,- la mutación de algunas personas a algo que no comprendo.
Alguien a quien admiraste, con quien reíste hasta la lágrima, aquel con quien las conversaciones parecían no tener final ni lo querías, con quién te bebiste la vida sin medida, como se bebe un buen licor, a quien amaste sin cómo ni porqué, simplemente desaparece, flú-flú voló, aunque lo tengas, como la canción, «Frente a frente» (que por cierto, me viene al pelo).
Alguien que sentías cercano e íntimo sufre de repente una evolución a Hyde y muestra su cara más fea, verde, congelada y purulenta, la que nunca viste, la que ni siquiera sospechaste que tendría.
Las palabras entonces se vuelven torpes, la tensión surrealista, el tema de conversación huye esquivo, al igual que la mirada, las palabras se transforman en escasas, vacías de contenido, huecas y las que de verdad importan, las que necesitas gritar, se quedan irremediablemente mudas. Irónicamente hay cosas que permanecen. No hace falta hablar para saber, verdad?De repente la admiración se torna sórdida, absurda y sin razón. Compartes una mesa de café muy larga, deseando estar en cualquier otra parte, muy lejos pero de verdad y no tú en tu antártida y el de enfrente en un ártico de diseño, tan helador como dos granizados de café tomados de golpe. Taladrador, innecesario y doloroso. Cómo odio el frío.
Esquivas dardos verbales que no sabes ni de dónde surgen y que desde luego no te ganaste. Te preguntas a qué viene ésto precisamente ahora que ya todo se acabó. Por qué? El chantaje emocional nunca es justificable. Ni la rabia. Ni la violencia mental. Ni la luz de gas. Nunca. Suerte que tengo un buen escudo. Y agilidad para engañar a los dardos. Y cero puntería ni interés para devolverlos. Total, pa qué.
El rencor es para los tontos. El perdón ofende mucho más.
Qué quieres que te diga, me da pena. Mucha. Qué lástima no reconocerse ya. Prefiero no ver, total, tú y yo ya no vamos a ser amigos… porque no me da la gana. Si piensas que sí es que tienes menos inteligencia emocional de lo que aparentas. O de lo que yo siempre pensé que tenías. Será eso?
Si hay algo que he aprendido es que cuando el amor se acaba, cuando sólo queda una cáscara hueca y vacía no hay nada más que hacer. Pero nada, salvo reconstruirse y resucitar.
Que todo lo que luché antes no sirvió? Para mí es tiempo bien empleado, porque creí, viví y amé. Doble rampado y de cabeza.Cuando se cree en algo, sin duda, hay que apostar por ello. Sin miedo y sin limites. Me quedo con lo bueno. Con el cariño que me generan los ecos de las risas, los gestos amables, las miradas y las caricias. Con los besos largos. Al rencor se lo combate con la dulzura que a mí me sobra. Me quedo con Jeckyll, que me hace sentir mejor. Mucho mejor.
Desenvenénate que no «fuí yo quien decidió que ya no más». Ahora sí lo decido. Así que gracias, pero no me regales tus dardos. No me regales nada que ya no estoy. La señorita no se halla.
Que no que no que no, la gente no cambia, y las segundas oportunidades nunca fueron buenas! Es engañarse y pensar "porqué no podría funcionar esta vez". EEERRRROOORRRRR con el dedito ese del anuncio hacia abajo o el anular hacia arriba bien tieso.
Somos frágiles y los descarnados se aprovechan de ello.
La venganza es dulce y no engorda. Y como veo te estás poniendo re-buena!
Dime que de los errores se aprende que me lo tatúo en el antebrazo para borrarme "Wynona Forever"
Tu vales mucho Nena
Las segundas oportunidades se dan cuando crees que el sujeto es lo suficientemente grande como para merecerlo. O porque te da la gana, qué coj…!
De los errores se aprende… que soy lo mejor que tengo!
Me encanta lo de "descarnados". Me lo quedo.
Te he dicho ya que te quiero?