Como un sabor antiguo, como un aroma que te obliga a cerrar los ojos y evocador, te transporta en una ráfaga a aquel tiempo donde fuiste feliz hace mil vidas.
El pasado sábado comenzó en modo maruja limón y me pilló aspirador en mano, improvisando comida con mis viejas amigas. Pensat i fet. Habrá algo mejor que la confianza de sentirse en casa al abrazar a alguien? Mujeres que dentro atesoran a aquellas niñas que aún juegan en el patio del colegio. Cada una tan diferente pero con un nudo mutuo que la vida con su paso va adornando con hilos de oro en forma de hijos, bailes, hadas dormidas, amigos visibles, no sé, el tiempo da puntadas que te unen a quien amas. Dancing queens.
Ya de noche, mi casa se volvió a abrir para abrazar a otro puñado de amigos. Una de esas cenas largamente postergadas y que se cogen con ganas y se preparan con ilusión. Aunque ni siquiera toque la cocina. Un aperitivo, una llamada y que corra el vino. Viva Glovo.
Cena, risas, postre, café, galletas que amenazan Navidad… salimos de copas, vamos a un bingo freaky, que Bel nunca ha ido o jugamos a “Yo nunca he…”??? Hagan juego señores…
Lo que más me gusta de mis amigos es que nunca sabes qué va a pasar, cómo va a discurrir cada cita o cómo vamos a terminar. Y nunca me canso de descubrir en cada uno de ellos, gestos, detalles, cosas y matices nuevos. Como para no enamorarse. Fuerzas de la naturaleza. Tan diferentes, tan potentes, tan auténticos. Los mejores abrazos del universo.
Esa rubia incisiva y tierna, con su sentir profundo y franco, lanzando yo nunca he… de tintes sutilmente sensuales, luego más explícitos. Es un Sí? Pues bebes!
Ese hombre discreto a su lado, tranquilo, que no soso, siempre atento, tan generoso y sereno; pero ahora bebo o no bebo?
Bel, saca otra botella!
Mi amiga de cafechs y confidencias en la cocina. Como un bastión de defensa. Como la abogada de las putas pobres. Como perra rabiosa. Ay de tí como le toques las narices. Ay, como le toques lo suyo, su gente, sus pasiones, sus delirantes locuras de colores. Dale y bebe! Que no grites, leñe!
Y ese genio controvertido e incombustible, preñado de un corazón que desayuna duracell, con sus lances tiernos, desbordados, inteligentes e intencionados. Que observa, calla y sin palabras dice tanto…
Las dos, las tres, las cuatro como si fuera mediodía, cualquiera sale a la calle con efecto mapache del rimmel corrido de las lágrimas de risa.
Que me llamen cursi, que me la trufa, días así no se pagan. Dejan un retrogusto dulce y antiguo, un aroma a vida, un eco de risas que fueron y que se quedan en los pliegues de mi cerebro como un almíbar ligero, una certeza de que, ya me puedo caer, que los que me rodean son sin duda, lo mejor que la vida me va a regalar. Ahí no me equivoco. Sin duda. Lucky me.