Madrid, nueve de la mañana, cafetería cool del barrio de Salamanca. Croissant integral y café con leche flojucho tirando a malo de dolor. Vas a ver cómo la cuenta no es flojucha… En la mesa de al lado, grupo de chicas en los cuarenta y tantos. Sí, para mí siguen siendo chicas. Al menos éstas sí lo eran!
Al lío. Una, que en medio de la conversación deja caer la granada de mano. ‘Mañana tengo una cita’. Madre lo que has dicho! Revolución de gallinas, algarabía general, tía, tía, tía. Otra, que en medio del berenjenal lanza pregunta intencionada al vacío con voz chillona y tonillo entre inocente, impertinente y sarcástico, la puñetera del grupo: ‘Pero es el Amor de tu vida?’. Silencio. La de la cita, ojiplática. Si es que…
Eso fue hace cosa de una semana, más o menos. Pues a mí la preguntita se me ha quedado atragantada en el lóbulo prefrontal, pegada como el chocolate a mi cadera. Suspendida en el aire como un globo de neón luminoso y fluorescente. No puedo dejar de pensar en ella. ‘Es el Amor de tu vida?’
Cómo sabes eso? Cómo tener la certeza de que no te equivocas cuando comienzas a incluir a alguien en un pedazo de tu propia historia? Es que hay certeza? Y más allá. Hay un solo Amor de tu vida? Porque si es así, a más de un@ le van a tener que regalar un gato. O dos o tres.
Yo no sé porqué me como tanto la cabeza. Quiero pensar que hay un Amor verdadero, un Alma Gemela, que no tienen y si me apuras, no suelen ser la misma persona, que no puede ser que exista un sólo Amor aunque a veces así ocurra, puesto que nuestras necesidades, nuestros objetivos, pensamientos y desde luego, maneras de sentir, varían y evolucionan conforme nos hacemos mayores. Hasta el corazón madura. A veces.
El Amor adolescente nada tiene que ver con el de los cuarenta. La ilusión sí es la misma, sin embargo. O debería! O aún crecer y ser mayor, por cuanto más consciente. La ilusión de esa certeza, desde luego, se debería mantener invariable. Esa es la magia!
En el Amor hay que arriesgar, tiene que calentar, hay que arder juntos! Viva la combustión! Y si al final hay un final, pues como dice mi madre: ‘Tranquila, que eso se lava’.
No quiero gatos, me quedo con el Amor de mi Vida. El de mi Vida de hoy, o de mañana por la mañana. Del de ayer… que me quiten lo bailao. Y que mientras dure, sea eterno.