Es curioso. Hay veces en la vida en que hay que cambiar los muebles de sitio para que cambie el resto de cosas. Hay que cambiar las estructuras. Hay que remover los fangos para que se vayan por el desagüe atascado y que el agua fluya clara de nuevo. Hay veces en que es necesario sí o sí desestancarse a uno mismo para ver las cosas desde otra perspectiva. Para cambiar, para crecer, para caminar. Sólo hay que atreverse.
Y una vez que te atreves, que das ese primer paso que se te acumula, que te cuesta, te da pereza y te ancla los pies, chas! De repente todo cambia, todo se mueve, todo súbitamente parece que cambia de color, te has dado cuenta? Magia potagia? No. Para nada. La magia está en tí, conductor, amo y señor de tu vida, que decides reconducirla y salir de un familiar callejón oscuro y sin salida hacia una avenida desconocida pero ancha, primaveral y luminosa, con todo un mundo de vertiginosas posibilidades. Y eso, amigo mío es la verdadera magia de la vida, justo en nuestras manos. La capacidad y la posibilidad de elección.
CASUalidad? Para nada. CAUsalidad sí, desde luego. Como aquella teoría del efecto aleteo de las mariposas de aquí que generan tormentas en Australia, todo, sin duda está interrelacionado. Seguro! Como las malas y las buenas rachas. Como cuando dicen que las desgracias nunca vienen solas. Asímismo ocurre con las cosas maravillosas, que sorprendentemente parece que vengan de la mano. Los cambios nunca vienen de uno en uno. No es curioso? Será que de repente, parece que uno está especialmente predispuesto para el cambio, para la evolución, para un poquito más? Es posible…
Sea por la razón que sea, adoro sentir y contemplar esos cambios de chip positivos, recién estrenados propios y como no, los de mi gente alrededor en una sensación susurrante de «psssh… esto se mueve!» que hace que le salga una sonrisa a mi corazón y a mi cara. Y eso es maravilloso!!! Magia Potagia!!!