Noche de pesadillas que ya apenas recuerdo y sueños surrealistas: Hacía series de abdominales sin fin bajo la supervisión de un entrenador con cabeza de carlino estreñido que me decía: «más, más, dámelo todo» subido en una bici de spinning, pedaleando de manera frenética y delirante.
Juro que me he levantado agotada y recordando el resto de la canción del post de ayer en el fondo de mi cerebro: «no te logré olvidar, ni lo intenté quizás». Mi subconsciente es un asqueroso. A veces lo odio.
Pues eso. que ni lo intenté porque no me dio la gana: Ni a tí, ni a tí, ni a tí.
A tí sí, por idiota.
A tí sí, por idiota.
Perricerdooooooo!!!!