Para empezar y sabiendo de antemano que no voy a poder evitarlo, me niego a que me definan. No me gusta que me juzguen igual que no me siento en el derecho de juzgar a nadie. Soy tantas cosas a un mismo tiempo, tantísimas caras de la misma moneda que mis fronteras se me quedan cortas. Muy cortas… Y más allá todavía. Si ya es bastante difícil bucear en la realidad propia, imagínate lo equivocado que puede resultar al examinarte con lupa otro que, aún conociéndote bien, te mire desde fuera de tu propia piel… Una vez hace tiempo me definieron como «espectacular». Ja! Entonces me molestó, que la cosa iba con muy pero que muy mala baba. Ahora hasta me divierte e incluso me halaga. Es que la envidia es muuuuuy mala.
Tal y como me veo y depende de como amanezca soy tímida pero altiva; fuerte, valiente y por días tan frágil y asustada. Madura la mayoría de las veces y espero que infantil hasta que me muera. Adoro los tacones de diseño y las compras barateras y caprichosas de los mercaditos. Grande en coraza, inmensa en piel. Brutal. Potente y tan tan frágil. Alegre y melancólica, dependiendo de mi luz. Toro negro. Sábanas de hilo. Profunda y superficial. Me miro siempre en los escaparates, pero poco en los espejos. Decidida en apartar lo que no quiero. Indecisa cuando son muchos mis objetos de deseo. Fuego aunque parezca en ocasiones gélida, jamás tibia. Duermo con las piernas al aire y tengo frío hasta en agosto. Dulce si me dejan, picante si me provocan, pared para quien lo merece, ácida raramente, caústica espero que nunca. Ristretto con doble sacarina. Calma aparente. Una lágrima invisible. Una carcajada abierta. Un volcán latente. Como todos, luces y sombras de una misma figura.
Todo depende del momento, del lugar, del ánimo, del contrincante. Y siempre de la piel. No es que adore sentirme nudo de contradicciones, pero así es como me hicieron los hados… y a qué negarlo, las caídas de los tacones por el camino. En el fondo, confieso que hasta me encuentro interesante, imprevisible… Y tan previsible en realidad…
sé quien eres. la que muchas veces me enseña a ser mejor persona. TQ petardú