Cuestión de Tiempo
Son las cinco de la mañana. Una cama que no es la mía. Es tiempo de soñar, pero el gallo que me atormenta cada amanecer no opina lo mismo y se empeña en darme su peculiar bienvenida a un nuevo día. Ay, cómo lo pille… Me acurruco bajo el edredón tan atípico para mí en…